Los primeros días de estancia en Cullera fueron muy amenos y disfrutaron de las instalaciones del hotel Cullera Holiday, pero todo se torció un día, cuando las monitoras y los chicos se dirigieron al restaurante del hotel y les comunicaron que no podían comer allí y que tendrían que hacerlo en una sala aislada del resto del mundo.
¿Los motivos? Aquí tu enlace:
http://blogs.heraldo.es/sinbarreras/
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