Su enfermedad se convirtió en una oportunidad de empleo. «Gracias a ella encontré un nicho de mercado», comenta Mar García, de 48 años. Tenía una tienda de ropa a medida y tuvo que dejarlo cuando le diagnosticaron SQM (sensibilidad química múltiple). «Ahora ya está reconocida y ya no somos tan raritos. No podía convivir con los productos tóxicos de las telas», relata. Fue entonces cuando, en lugar de venirse abajo, inició el proyecto A despensa das abellas.
Más info:
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/coruna/carral/2016/01/23/tienda-mujer-sensibilidad-quimica/0003_201601H23C12991.htm
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