Dicen que la cara es el espejo del alma y sus caras lo decían todo. Emoción, alegría, felicidad, entusiasmo, impacto.... Movían la cabeza al compás de la música y seguían el ritmo con el cuerpo y dando palmas. Eran sordos, pero este miércoles escucharon a la Banda Municipal de Santander con el corazón. Una experiencia única, irrepetible y entrañable. Ellos hicieron cierta la lección que enseñan en los conservatorios de que la música no es una realidad, es una sensación.
Gran iniciativa. Tu enlace:
http://www.eldiariomontanes.es/culturas/musica/201505/10/como-escuchar-sonidos-silencio-20150510000615-v.html
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