No es casualidad que las personas más sinceras y transparentes que he conocido a lo largo de mi vida, sean en su mayoría, sordos, relata esta autora en su artículo.
Un sordo pese a ser considerado como “discapacitado” tiene mayores capacidades que cualquiera de nosotros; sin oír, sale de casa diariamente a enfrentar los mismos retos laborales, personales y psicológicos que todos los demás, se educa, aprende a leer labios, conoce el idioma de quienes le rodean y conoce, aún mejor, su propio idioma.
Más info:
http://www.mundiario.com/articulo/sociedad/sordos-verdaderos-guerreros-silencio/20151009072026047552.html
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